El BM Valladolid está en su segunda semana de preparación con una progresión evidente y con la vista puesta en el primer amistoso ante el Cangas del día 11
La pretemporada del Cuatro Rayas sigue a paso incansable la preparación, los objetivos fijados parece que empiezan a tener su fruto. Es visible como el trabajo, supervisado siempre por servicios médicos del club y técnicos, es establecido en muchos casos por el deportista en consonancia, algo que la plantilla está agradeciendo en estos duros días.
Es cierto que el inicio de Liga ante el Villa de Aranda el 8 de septiembre empieza a estar cerca, pero las metas de peso ideadas por Juan carlos Pastor también están cada vez más próximas y la tonificación muscular empieza a ser patente en muchos de los jugadores. También es apreciable como los trabajos en pista son cada vez más dinámicos y lo que en los primeros días se convertía en ardua tarea, ahora son motivos de alegría y de dinámica positiva al ver los frutos.
Por otra parte, el Pinar de Antequera sigue siendo una de las partes más duras de la pretemporada, llegando a repetirse hasta tres veces por semana. Como reconoce Milos Bozovic, "esto viene bien al cuerpo, lo que ahora te cuesta luego te ayuda a sobrevivir, todos estamos mentalizados y el ambiente es fenomenal".
En cuanto a los que se encuentran entre algodones, debido a la dura pretemporada y al agotamiento físico, se van recuperando y el trabajo se va haciendo menos costoso.
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