El guerrero Manchego

sábado, 27 de julio de 2013

El Academia Octavio no salda las deudas con los jugadores y sólo un milagro puede hacer que juegue en Asobal

Los últimos días han sido para el mundo del balonmano español más agitados que cualquier semana de competición. El pasado 16 se certificaba la desaparición del Atlético de Madrid y, desde ese momento, los hechos se precipitaron para agitar la calma de las vacaciones. El Octavio se convertía en el mismo día, con su plantilla ya configurada para disputar la División de Plata, en el candidato mejor posicionado para ocupar la plaza de los colchoneros, pero, por muy jugosa que sonara esa opción, tanto el entrenador del equipo vigués, Quique Domínguez, como su presidente, Javier Rodríguez, se mostraban cautos y conscientes de las implicaciones de aceptar la plaza. Se agotó el plazo y, aunque el club no lo comunicó oficialmente, todo apunta a que no pudo saldar sus deudas.
Desde el día 17, en que la Asobal ofrecía la plaza al Octavio por haber sido el último equipo descendido y concedía un plazo hasta el día 22 a las diez de la mañana para presentar avales, el club vigués ha tratado de cumplir los requisitos.
Cuando la mayor dificultad se antojaba la de reunir la documentación en el plazo exigido, tan solo dos días más tarde, el viernes 19, salía a la luz la denuncia que exjugadores del club presentaban contra el mismo por adeudarles sueldos de temporadas pasadas. El caso más serio es el de Gustavo Alonso, al que se le deben 41.000 euros, pero también Juárez, Kallman y Frade reclaman sus sueldos. En este momento salían a la luz las demandas de otros cinco jugadores presentadas hace dos años por los mismos motivos. Ante las acusaciones, Javier Rodríguez alegó que se trataba de "malentendidos" y que lo importante eran las "negociaciones con cada jugador", insistiendo que no habría ningún impedimento para que su equipo volviera a la Asobal si recabara la documentación exigida.
En este contexto, la Asociación de jugadores salió al paso mediante una declaración a la agencia Efe. "Nos preocupa la situación del Octavio. O cambia de rumbo, o será difícil que compita en Asobal", lo que reafirmaba el afán del organismo de ser intolerante con los clubes que tuvieran deudas.
Alcanzadas las 10 de la mañana del día 22, fin del plazo, la comisión de seguimiento pasaba por alto los flecos del papeleo que el Octavio no había presentado y era tajante en su decisión: o el equipo vigués pagaba todas las deudas que se le achacaban -las de sus exjugadores y otra con la propia asociación de jugadores- antes de la medianoche de ayer, o no podrían regresar a la División de Honor.
En caso de que el BM Aragón, en la misma situación pero con plazo hasta el día 31, no pague, la plaza en la División de Honor será para el Bidasoa Irún, pues Palma Río ya la ha rechazado. Por el momento, el calendario se sorteó, incluyendo provisionalmente al Octavio. Pero solo un milagro le vale ya.

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