España ha dado la ‘gran petardada’ en el Mundial de Croacia, y a la hora de analizar su actuación son muchos los pros y los contras que se podrían aducir en uno y otro sentido. Pero la lectura es simplista. Desde 1978 es la peor clasificación de nuestro combinado nacional. En un deporte que mayores satisfacciones ha dado a nuestro país. En modo de medallas.
El cambio de presidente de la Española, consigo la de seleccionador nacional, y el poco tiempo de preparación, trajeron vientos huracanados que deja la ‘Vieja Guardia’ en evidencia y cómo una excusa al horrible papel del equipo nacional.
Pero los errores han sido muchos, y varios. A saber. Introducir un cambio generacional en un Mundial, acudir con un sólo lanzador zurdo –y poco expirementado-, claro que se dirá que Malmagro se lesiono, y no es cierto, ya iba lesionado. Se olvidaron de Belaustegui –curtido y experimentado-, y el puesto de pivote con Garabaya y Andreu, el primero bien para defender, mal para el ataque, no ve portería; y el segundo futurible pero nunca para un mundial en estos momentos. Ahí entraba Carlos Prieto. Jugador con experiencia, y a la vez joven también.
Jugadores recién salidos de lesiones (Entrerríos e Iker Romero-que sigue sin cabeza), y se deja al único central especifico como es Chemas Rodríguez, y bien a las claras se vio que a España le faltó dirección en el juego.
Con nombres e historia no se vive en un Mundial. Se dirá que es un ciclo Olímpico, y que éste Mundial no decía nada. Pero el ‘horribilis’ y vergüenza nacional no se tapa con trabajar de futuro en tan importante cita.
Muchos errores
Un fracaso, con errores de bulto, con sensación de no haber nada más que lo exhibido. Esto, pobre. Y será momento de analizar causas y efectos, ya que si se retiran los extranjeros de la Liga Asobal, con un media de 7 jugadores nacionales por equipo. Dieciséis en total. Da como resultado que Valero Rivera tenía 112 jugadores para elegir. Pocos a todas luces, ya que muchos completan plantillas y están por romper, no para acudir a una cita internacional de tal magnitud.
Ni la vuelta de Barrufet ni decisiones adoptadas dentro de una euforia de cambio, ha tenido resultado positivo. Todo lo contrario.
Ahora toca apechugar con el fracaso, hora del Vía Crucis internacional, y esperar que el fracaso no sea sinónimo de venir fracasados a los clubes de orígenes los jugadores y pagar también platos rotos de un Mundial que ha servido para denostar el mal momento de ciertos jugadores, decisiones equivocadas e imagen impropia del deporte del balonmano español.
El décimo puesto del año 1978 había sido la peor clasificación del balonmano español en un Campeonato del Mundo, mientras, en su caminar la medalla Olímpica de bronce y el Mundial de Túnez.
La selección española se ve inmersa ahora en una fase de la competición creada por la Federación Internacional de Balonmano para que las selecciones menores (Kuwait, Cuba, Australia...), y que no se vayan a casa a las primeras de cambio y tengan una serie de partidos con más de nivel internacional. De eso sabe el Presidente Mustafa, y claro los votos son los votos y es un premio para los equipos menores, y sobre todo para la selección de su país, Egipto.
De no haberse creado esta 'Copa Presidente', los españoles ya estarían haciendo las maletas cuando queda algo más de una semana para que finalice la competición.
Impropio
España, con los cuatro puntos acumulados en la primera fase al vencer a Kuwait y Cuba, debe medirse ahora, y por este orden, a Australia (día 24), Argentina (25) y Rumanía (26), que será el único partido de entidad en esta fase.
El otro grupo lo forman Rusia, Túnez, Argelia, Egipto, Brasil y Arabia.
El día 27 cerrará su participación España, y se enfrentarán los dos primeros de cada grupo entre sí para el puesto 13, los dos segundos para el 15 y así sucesivamente.
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