Tras una semifinal en la que el equipo croata dejó más dudas que en ningún otro momento del campeonato, el equipo de Slavko Goluza espero pacientemente el momento adecuado en su partido por el tercer puesto contra Eslovenia para imponer su juego y conseguir su tercera presea de bronce, tras las de Serbia y Londres el pasado año. El partido se mostró tremendamente ajustado hasta el minuto 40, cuando Croacia fue capaz de dar un golpe encima de la mesa que le hizo alejarse en el marcador y le dio la medalla.
Como cabía esperar, el encuentro comenzó con un ritmo endiablado, en una sucesión de contraataques por parte de ambos conjuntos que, sin embargo, tardaron unos minutos en traducirse en goles. Pasadas las imprecisiones iniciales, el panorama cambio por completo. Los tantos empezaron a sucederse para ambos conjuntos, que llegaban a la meta rival con una facilidad pareja. El marcador de croatas y eslovenos iba avanzando en paralelo, con distancias máximas de un gol para unos y otros. Así, se llegaba al minuto 20 sin que ninguno de los dos equipos encontrara soluciones defensivas a los ataques anchos y profundos de sus rivales. Al juego con los extremos de ambos combinados se le sumaban las penetraciones de Kavtinik y Skube y los pases al pivote de Eslovenia, y los contraataques y los lanzamientos desde nueve metros de Croacia.
El descanso se acercaba y la igualdad seguía siendo máxima, sin ningún equipo capaz de romper el partido para llevarse la victoria. A un minuto del final, Slavko Goluza decidió cambiar el guión de la película introduciendo una efectiva defensa mixta sobre Uros Zorman, que permitió a los croatas acabar la primera mitad con balón para tomar una ventaja de dos goles (máxima distancia conseguida en el primer periodo). Sin embargo, la defensa eslovena se afanó en que pasaran los segundos sin dar opciones de lanzamiento a sus rivales y consiguió su objetivo, enfilando el túnel de vestuarios con un marcador de 13-14. El Palau Sant Jordi estaba viviendo una batalla a la altura del premio en juego, y así lo reflejaron ambas aficiones, que daban colorido y pugnaban, con la misma igualdad que sus jugadores, para llevarse la victoria.
Ivan Cupic sufrío una aparatosa lesión en el hombro y tuvo que ser atendido en el terreno de juego por los servicios médicos croatas. Fotos: David García Saiz
El 1-7 acabo con los eslovenos La segunda parte comenzó como acababa la primera, con un efectivo intercambio de golpes pero, transcurridos cinco minutos, Croacia empezó a usar una marcha más: apretando en defensa y corriendo realmente cómoda al contraataque. Cupic y Nincevic eran mucho más incisivos que en los primeros treinta minutos y las distancias se ampliaban. Boris Denic pedía tiempo muerto para reorganizar su defensa y decretar una mayor profundidad, pero no parecía suficiente. El minuto cuarenta llegaba con ventaja de seis goles para el cuadro croata. Esta dinámica positiva parecía refrendarse cuando, en un contraataque finalizado por Ivan Cupic, un contacto de Marko Vezjak sobre el extremo derecho croata cuando se disponía a lanzar le valió la descalificación directa.
Croacia se había convertido en la apisonadora que ya había sido durante todo el torneo. Llegando a tomar parciales de hasta ocho goles, los croatas seguían corriendo al contraataque para asegurar la presea. Eslovenia, por su parte, era incapaz de dar respuesta al poderío de sus vecinos, con graves problemas en defensa para detener a las estrellas rivales. De este modo, el partido se encaminó hacia sus minutos finales mientras los de Slavko Goluza acariciaban ya su tercer bronce international consecutivo y, aunque Eslovenia consiguó recortar distancias en los últimos compases, llegó un pitido final que no hizo si no confirmar lo que había ocurrido sobre el terreno de juego. La superioridad croata había sido inalcanzable para la joven selección eslovena.
Ficha técnica
26 Eslovenia (13+13): Prost (p); Bezjak, Dolenec (2-1p), Luka Zvizej (3), Marguc (3), Mackovsek (3), -siete inicial-, Dobelsek (3), Pucelj (1), Kavticnik (4), Skube (3), Bundalo, Miha Zvizej (3), Gaber (1), Uros Zorman, Gajic y Skof (ps).
31 Croacia (14+17): Marko Alilovic (p); Duvnjak (8), Kopljar (4), Igor Vori, Bicanic (4), Ivan Cupic (8-3p), Nincevic (5), -siete inicial-, Maric (1), Stepancic, Jakov Gojun, Horvat (1p), Sprem, Mandalinic, Musa e Ivic (ps).
Marcador cada cinco minutos: 2-2, 4-6, 7-8, 8-9, 12-12, 13-14 (descanso); 14-17, 14-20, 16-23, 19-27, 23-28, 26-31 (final).
Árbitros: Giorgji Nachevski y Slavco Nikolov, macedonios. Excluyeron a Dolenec (2) por Eslovenia y a Kopljar, Bicanic, Nincevic por Croacia. Expulsaron al esloveno Bezjak con roja directa.
Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto del Mundial de Balonmano de España 2013, disputado en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante unos 8.000 espectadores.
Marcador cada cinco minutos: 2-2, 4-6, 7-8, 8-9, 12-12, 13-14 (descanso); 14-17, 14-20, 16-23, 19-27, 23-28, 26-31 (final).
Árbitros: Giorgji Nachevski y Slavco Nikolov, macedonios. Excluyeron a Dolenec (2) por Eslovenia y a Kopljar, Bicanic, Nincevic por Croacia. Expulsaron al esloveno Bezjak con roja directa.
Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto del Mundial de Balonmano de España 2013, disputado en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante unos 8.000 espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario