
Todo viene de cuando unos estaban en la máxima categoría, los Conquenses, y otros estaban por primera vez, los ciudadrealeños.
Los Conquenses llegaron a la División de Honor la temporada 89/90 con Rochel de entrenador, pero descendieron y al año siguiente ascendieron de la mano de Juanito Hernández, que madrileñizó el equipo, donde ya figuraba Fernando García y Ricardo Márquez, y le ganó la eliminatoria a ida y vuelta al entonces Caserío Vigón.
En la temporada 92/93 llega el BM Ciudad Real a la máxima categoría, figurando en el Conquense Sergei Bebeskho y Claudio Gómez, y llega el año del ‘ladronicio’, la temporada 93/94 con Zupo en el banquillo de los de la Ciudad Encantada o Casas Colgantes, y les birló de una tacada: El portero Claudio Gómez, el central Sergei Bebeskho, el pivote Fernando García y el lateral zurdo Ricardo Márquez, con Felipe Caballero como presidente y Paco Sánchez como entrenador. Lo que dio un paso de calidad a Ciudad Real y hundió en su miseria al Conquense.
Ese fue el punto de inflexión, ya que luego hubo trasvases a la inversa, Pedro Bagó, Álvaro de Hita y Rafael López, pero no era de la misma índole, por lo que sirvió para acuñar el sello que nos impusieron la peña “El Biberón” de “Ladrones”.
Esta es una de las mil y una historias del BM Ciudad Real que iremos reseñando.
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