
Es cierto que el conjunto alemán fue netamente superior al Barça en su feudo del Sparkassen-Arena, pero no lo es menos que durante el partido, sobre todo en la segunda mitad, se produjeron demasiadas jugadas controvertidas que se saldaron siempre a favor del equipo teutón, que acabaría sucumbiendo en la final contra el Ciudad Real.
Además, llueve sobre mojado con el ucraniano Ljudovic, que combina sus tareas arbitrales al más alto nivel internacional con la de representante de jugadores, un pluriempleo nada aconsejable pese a lo que la Federación Europea (EHF) nunca investigó ni prohibió dicha duplicidad.
Enric Masip recuerda que fue, cuando menos, extraño: “Me dio la sensación varias veces que había alguna cosa rara, pero perdiendo por diez goles no se podía decir nada... No fue una jugada, sino varias seguidas y cuando salen estas cosas te da rabia. El Barça ha ganado muchos títulos y siempre lo ha hecho en buena liz, de lo que me siento muy orgulloso”, añadió Masip.
Incluso un Kiel-Portland San Antonio en las semifinales de la Liga de Campeones de 2007 estaría bajo sospecha.
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