El guerrero Manchego

domingo, 26 de octubre de 2008

La clase y el banquillo se impuso al Alcobendas


Talant tiene que mentalizar a sus jugadores que no se puede salir a ninguna pista, por muy víctima que parezca el rival, sin actitud y con suficiencia, ya que ese hacer le costó la Supercopa de España, y ayer ante el débil equipo de Rafael Guijosa lo puso la primera mitad contra las cerrdas y el BM Ciudad Real tuvo que remar contra corriente.

Lo que pasa es que con la ilusión y entrega por bandera no se gana un encuentro ante el Campeón de Europa. El BM Ciudad Real tuvo que trabajar más de lo debido por su falta de carácter, ya que de salida son los de Alcobendas los que ponen una marcha más y llegan a tener el electrónico en un 6-1 a los siete minutos.

Ni el más optimista del lugar se lo creía. La afición local se frotaba los ojos, la visitante -que tuvo un comportamiento ejemplar al animar y tirar de su equipo para que reaccionara- no daba crédito a lo que presenciaba.

Sobre la pista un siete inicial que era para empezar goleando. Pero los papeles estaban cambiados. El Alcobendas no dada no respiro y Ciudad Real no estaba cómodo, incluso hubo momentos de 'locura' colectiva, empezando desde el banquillo y siguiendo en la pista. No había sistema, se cambió del 5-1 inicial al 6-0, pero daba sensación de que el encuentro no estaba estudiado, era de esos que se piensa que con estar en la pista y hacer cada uno la guerra por su cuenta, sobra. Craso error, ya que el Alcobendas se movía bien, en defensa rocoso y duro, y en ataque muy limitado pero trabajando el dos contra uno, y circulación del segundo al espacio libre. Un coladero la defensa. La jugada se la tragaban una y otra vez los ciudadreleños, sobre todo por los extremos y el centro.

Hubo hasta nervios y descontrol, con Parrondo jugando de avanzado, Davis en el extremo, Pajovic de central -que hubo que llamarle la atención varias veces por solo ver que cuando sube hay que tirar a puerta-, y con Kallman de pivote. Un pitote. Así, el Acobendas va dejando pasar minutos y se presenta con un 12-6 a los 21 minutos. Sterbik no paraba una, y el ataque posicional romo, se encargaba Jerome del mismo, pero tuvo que ser la entada de Stefansson, y la retirada de Metlicc de la defensa, para empezar ajustar la misma, con ello llegaron las paradas de Sterbik y el marcador se fue recortando a la mínima expresión del descanso (15-14).


Banquillo y goles

En vestuarios tuvo que haber de todo, ya que la presencia de Ciudad Real en la segunda mitad fue otra. Fue lo que se espera, el equipo Campeón de Europa ante un débil Alcobendas, que soñó pero se terminó por entregar.

La segunda media hora fue un recital de los de Talant, con una defensa segura y dura, y un ataque más fluido, y sobre todo con salidas al contraataque, merced a la labor de atrás, cosa que en la primera media hora no ocurrió.

Sacó el rodillo Ciudad Real, lo empezó a pasar, y pese a la labor arbitral, casera con descaro, la cerró con un parcial de 11-22, ya que la amplitud de su banquillo y mejor hacer despertó a la grada que terminó por reconocer la superioridad del rival.

Un aviso, y claro, para los de Talant, que su presencia en la cancha -y se viene repitiendo- no es la adecuada, y ante rivales que juegan con el tempus, caso del Barcelona, de ahí que le costase la Supercopa de España, esa presencia le arrastraría a una derrota, como ya le pasó en Liga en las dos ocasiones anteriores.

No se puede jugar con el cántaro de la fuente y poner el encuentro en el filo de la navaja. Hay que exigir desde e l principio intensidad y buen juego, en caso contrario las próximas citas (Pórtland y Barcelona) pueden pasarle factura, y tal como están las cosas, una nueva derrota lo sacaría de la disputa por el título doméstico.


Hay que ser agradecidos

Un hacer al final del encuentro que llamó la atención, y mucho, a los aficionados desplazados a Alcobendas. Al finalizar el partido no se acercaron a la zona donde estaban los incondicionales para darles las gracias por su presencia y entrega, y contribución al triunfo (que no olviden que a esos les cuesta su dinero y sacrificio). Mucho tienen que aprende en ese apartado de los alemanes y daneses.

Sólo Abalo saludo, el resto se dejaron, como dioses de barro, ser rodeados de chicos que los idolatran y se olvidaron de su masa social. Un gesto feo que dice poco del equipo.

Ya en la calle se lo recriminó a Talant el jefe de la expedición de "La Primera" y subió al autobús para dar las gracias por su presencia, pero ojo, el llanto sobre el difunto.


Ficha técnica

26 Alcobendas (15+11): Mijatovic, Maki (2), De la Rubia (4), Djukic (7), Maqueda (3), Samuel Trives (1) y Tremps (4) -siete inicial- Wenceslao Aldomar (ps), Vink (1), Gamboa, Manolo Colón (1), Olivier (2), Suárez (1) y Liébana.

36 Ciudad Real (14+22): Arpad Sterbik, Jonas Kallman (3), Pétar Metlicic (2), Didier Dinart, Jerome Fernandez (3), Chema Rodríguez (4), David Davis -siete inicial- JJ Hombrados (ps), Torsten Laen (3), Ales Pajovic (6), Olafur Stefansson (5-2p), García Parrondo (2), Luc Abalo (4) y Viran Morros (4).

Marcador cada cinco minutos: 4-1, 7-4, 10-5, 12-7, 13-9 y 15-14 (descanso); 16-16, 17-21, 20-25, 22-28, 24-31 y 26-36 (final).

Árbitros: Raluy López (canario) y Ríos Martín (madrileño). Muy caseros y un concierto de pito. No midio a los dos equipos por el mismo rasero, sobre todo con las señalización de los pasivos. Excluyeron por dos minutos a los locales Vink, Olivier y Gamboa (2); y a los visitantes Metlicic, Pajovic y Laen (2).

Incidencias: Partido correspondente de la octava jornada de la Liga Asobal celebrado en el Pabellón Amaya Valdemoro de Alcobendas, ante unos 2.000 espectadores, de ellos cerca de 150 desplazados desde Ciudad Real que pusieron el calor y colorido y se hicieron con el pabellón, la mayor parte de ellos de la peña "La Primera".

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