Para Iker Romero (31 años) el balonmano ha sido casi toda su vida desde que a los dieciséis años, cuando jugaba en el Corazonistas vitoriano, le fue a buscar Juan Carlos Pastor para llevarle al Valladolid. Ademar de León y Ciudad Real fueron sus siguientes paradas. Y ahora acaba de terminar un ciclo impresionante de ocho años en el Barcelona, siendo su nuevo destino el Füsche Berlín, con el que firmó por tres temporadas.
En la entrevista de Echaniz, el lateral Iker Romero dice que su nuevo equipo alemán jugará la Champions la próxima temporada y declara, "Dios no quiera que nos toque jugar contra el Barça o el Ciudad Real. Allí hay jugadores de once nacionalidades. El entrenador es Dagur Sigurdsson y el estilo de juego es más islandés que alemán, con un gran portero y mucha velocidad. Tendré que entrenar duro, pero espero adaptarme bien", declaró.
Al repasar su carrera, Iker Romero se considera un privilegiado porque ha jugado en los mejores clubes del mundo.
Su victoria en Copa de Europa en Colonia ante los equipos alemanes le ha supuesto una gran despedida, aunque no olvida que en la anterior conquista europea azulgrana, en 2005, él marcó el gol decisivo ante el Ciudad Real de penalti con una atrevida rosca. La imagen de aquella jugada, con un llamativo vendaje en la cabeza, es parte de la historia del balonmano internacional.
Piensa que después de esos tres años en Alemania su destino puede ser de nuevo Barcelona: "Me gustaría seguir relacionado con el balonmano, quizás ser entrenador...
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